translúcida.

La luz me traspasa y me encuentro ausente, una imagen nítida para la vista, tan horrible de captar. Estoy, pero aveces me siento partícula de polvo, no soy visible ni parpable, además doy alergia.  

Llegó la chica invisible  a vuestras aulas,  la que tiene miedo a la sociedad, mi timidez toco fondo y se metamorfosea en miedo, miedo a la gente, mi voto de silencio no es en vano, siempre habrá más posibilidades de no meter la pata así. 

En qué me he convertido, soy simpática y alegre, aun que triste, mi alegría causa de querer hacer feliz a la gente cuando no puedo hacerlo conmigo misma, aunque, que más da (que de nexos) si la gente no lo sabe.

La gente cambia, y el agua no viene del grifo, algo me haría cambiar, llegó un momento en el que dejé de confiar, llego el día en el que mi vaso estaba medio vació, me llegó la voz tortuosa, ese día decidí que me gusta estar sola.

1 comentarios:

Víctor { 11 de marzo de 2012, 20:51 }
Si te gusta estar sola estupendo, y más si es para escribir cosas así. Pero transparente no eres, eso debes saberlo.
La única pega de este escrito es que no hayas cuidado nada la ortografía, Mónica. Quedaría mucho mejor corregido.

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