Sueños

Sueños. Conjunto de 6 letras que forman la palabra más hermosa que puedas escuchar. Una palabra dulce. Melodiosa. Pero, cierra un momento los ojos y piensa en su significado. Escúchala mentalmente. ¿Es ahora tan hermosa como se escucha?

Los sueños son intangibles. Irreales. Traicioneros… Se podría decir que no son más que un producto de nuestra imaginación. Una muestra de nuestros deseos más profundos. Un viaje que nuestra mente hace para llegar al rincón en el que guardamos las esperanzas.
Irónico ¿no? En el único momento en el que no te mueves es cuando haces todo aquello que nunca te atreviste a hacer. El mundo gira a nuestro alrededor mientas permanecemos parados. Moviéndonos sin que nuestros músculos trabajen.

Cuando nuestros ojos se cierran una luz azulada se posa sobre nuestras mejillas. Sobre nuestros parpados. Nuestras manos. Nuestros labios. Una luz azulada se posa sobre nosotros, hechizándonos, haciendo inconfundibles los sueños. Haciendo que nuestro mundo deje de ser mundo. Convirtiendo un paisaje agreste, en un bello prado lleno de flores. Convirtiendo el más seco desierto, en un lago de aguas cristalinas. Colocando sobre el blanco techo un manto de estrellas. Tornando lo alto en bajo. Haciéndolo todo más cortó. Eliminando las distancias. Los márgenes. Los estereotipos. Borrando las formas. Suprimiendo nuestros miedos.

La luz de la luna nos vuelve valientes. Nos embruja. Nos conduce hacia el sitio más hermoso. Hacia el sitio deseado. Con la compañía esperada. En una situación mil veces imaginada, pero nunca real. Aunque en ese momento si lo es, real en nuestra mente. Existente en nuestros sueños. En los que, como siempre, el amor juega un papel importante.
Pues todos hemos soñado estar con la persona por la que nuestras piernas tiemblan. Con estar con la persona por la que nuestro corazón se acelera. Con la única capaz de hacer que mil escalofríos recorran nuestra espalda, con solo una caricia. Todos hemos soñado estar frente a esa persona. Todos hemos soñado que en el preciso momento en el que nos mira no cerramos los ojos.
En sueños no somos cobardes. No huimos. No esperamos. No nos alejamos de aquello que queremos.
Pero al despertar, al abrir los ojos, la realidad nos inunda. Volviendo a nosotros la claridad. Y tras un duro día tienes delante sus ojos. Hermosos y sinceros. Los mismos ojos que hace solo una hora nos miraban embelesados. Los mismos que hace unas horas nos gritaban que nos amaban. En sueños. Solo en sueños. Frente a nosotros sus manos. De tacto delicado, al tiempo que fuertes y protectoras. Las mismas manos que hace solo unas horas nos acariciaban. Deslizando la yema de sus dedos sobre nuestra piel. Haciendo que mil mariposas se agolpasen en nuestro estómago. Ahora las sentimos. Pero no nos acaricia. Ahora la miramos. Disimuladamente. Cobardes. Tanto como valiente fuimos en sueños.

Sueños, sarta de engañifas. Sueños volátiles y pasajeros. Porque, ¿alguien recuerda un sueño tras un largo día de adversidades? No. Nuestra mente se encarga de olvidarlos para que con ellos no podamos comparar la realidad.
Mas, con nosotros queda la esencia. Con nosotros pervive un rayo de esa luz azulada que por la noche custodia nuestros sueños. Luz de luna. La misma luna que si despiertos nos acoge, al creernos dormidos, convierte a la realidad nuestros deseos y esperanzas.

1 comentarios:

Víctor { 6 de febrero de 2012, 19:23 }
¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca

Leave a Comment